domingo, 23 de enero de 2011

Derechos humanos: nuevo enfoque

Los DDHH, circunscritos hace años al ámbito judicial, pasan a ser un tema de los políticos, que aceptan debatir lo que habían buscado eludir.
por Juan Emilio Cheyre - 18/01/2011 - 04:00
LA VIOLACION a los derechos humanos durante el régimen militar; la situación de militares cumpliendo condenas; las estadísticas de apertura de procesos y un debate sobre las responsabilidades en el quiebre de la democracia fueron noticia la semana pasada. Bastó para reposicionar esos temas un corto pero incisivo opúsculo del diputado Patricio Hales, presentado por los diputados Cardemil, Melero, Monckeberg y Auth.

Hace años, estas eran materias encapsuladas en el reducido ámbito de quienes sufren los efectos de un drama, independiente de su rol en él. Los únicos árbitros son los ministros y jueces que aplican leyes con singulares criterios a delitos acaecidos hace más de tres décadas. El texto de Hales marca un cambio profundo: los DDHH, circunscritos hace años al ámbito de lo judicial, pasan a ser un tema político y de los políticos que se reúnen a debatir lo que hasta ahora habían buscado eludir. El reposicionamiento adquirió una dimensión política y actores relevantes del Congreso abren un camino para la tarea pendiente de "una auténtica reconciliación", como la sintetiza el padre Fernando Montes.

Chile ha logrado cuotas de verdad y reparación que superan en mucho a lo obtenido en Argentina, Perú, Brasil, España, Sudáfrica y para qué decir los países de la otrora órbita soviética. La justicia ha actuado interpretando leyes vigentes que ha aplicado basándose en la ficción del secuestro permanente. Las instituciones armadas han cooperado con veracidad y claras muestras de una cultura de valoración de los DDHH y respeto a las víctimas, lo que les ha significado el reconocimiento de pertenecer a todos los chilenos, ser valoradas y queridas por la población. Hoy un número importante de personas que sirvieron en dichas instituciones cumple condenas sintiendo que no se les han aplicado la justicia ni los derechos y beneficios que rigen para todo ciudadano.

Muchos de ellos son, según el padre Montes, hombres que "han evolucionado, madurado, sufrido y recapacitado", y precisa que entre los condenados hay quienes hoy "no constituyen un peligro para la sociedad". Recuerda la petición de la Iglesia para que "se les concediera algunos de los beneficios normalmente entregados a personas que tienen largas condenas".

La tarea de reconciliación va más allá de la solución a esos problemas, pero, por cierto, los incluye. También es importante el anhelo de obtener más verdad. Sin embargo, la parte más compleja se encuentra a nivel político. El país necesita que sus representantes, sin presiones de ningún sector, abandonen la fórmula de que este es sólo un problema judicial y encuentren caminos para cerrar las heridas del pasado que aún subsisten.

Lo anterior no implica olvido, tampoco desacato a la ley o intentos de impunidad. Necesitamos altas cuotas de responsabilidad, verdad y reconocimiento de los propios errores de cada cual. Es el momento para alcanzar consensos que vigoricen un largo camino de reconciliación. Los actores políticos deberían asumir la tarea pendiente de que ningún chileno tenga la sensación de ser prisionero del pasado. Esa es la mejor forma para que nunca más repitamos el drama de un Chile que quiere ser un país plenamente reconciliado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario